Para trabajar, colaborar y delegar con éxito es esencial la confianza.
Sin confianza, muchas acciones cotidianas como llevar a sus hijos a la escuela o comer en un restaurante serían impensables. Esto mismo se traslada a las empresas: la confianza mutua transforma las relaciones impersonales y fomenta un ambiente en el que los empleados, clientes, proveedores, colaboradores y socios se involucran plenamente en el proyecto empresarial.